lunes, 18 de mayo de 2015

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*Las Necesidades Educativas Especiales: Una Oportunidad Para Todos Los Alumnos**

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Publicado hace 1 año.
Nataly Figueroa.
En este artículo he querido exponer un tema que me parece fundamental para la aplicación del derecho a la educación y de gran interés para los padres, maestros y toda la comunidad educativa. Es un tema a menudo debatido, y sin embargo, los centros educativos no parecen haber llegado a un consenso sobre cómo lidiar con él de forma ética, evitando situaciones de discriminación y sin comprometer la calidad de la educación. Me refiero al tema de las Necesidades Educativas Especiales o NEE. El concepto de NEE abarca todas aquellas situaciones no ordinarias que requieren un ajuste por parte de la institución y/o del profesorado para garantizar el acceso al currículum escolar al niño que tiene la NEE.
Las NEE pueden ser de carácter temporal o permanente, lo que las caracteriza es el requerimiento de un ajuste, bien sea del espacio físico (construcción de rampas) o del modo en que operan los actores escolares (flexibilidad en los horarios, ajustes en las actividades) para garantizar la adaptabilidad y aceptabilidad que permiten la correcta aplicación del derecho a una educación de calidad y libre de discriminación.
Constituyen situaciones no ordinarias, pero comunes, los problemas que afectan el aprendizaje (Ej.: déficit atencional, discapacidad intelectual, trastornos del aprendizaje específico, dislexia); los problemas físicos y/o médicos que impiden o enlentecen la participación en la vida escolar (Ej.: dificultades para movilizarse, medicamentos prescritos, condiciones médicas diagnosticadas); y los conflictos circunstanciales que afectan la vida personal y escolar del alumno (Ej.: divorcio de los padres, enfermedad de un familiar, inmigración).
La primera acción de debería realizarse en pro de la atención a la diversidad, debe ser llevada a cabo por la sociedad civil. Es el reconocimiento de la necesidad especial cómo un hecho que debe ser atendido, preocupándonos por eliminar el paradigma del portador de la necesidad como miembro “problema”.
Dar respuesta a las necesidades educativas especiales de los niños es una labor a menudo difícil, pues implica realizar cambios a la metodología de trabajo y al currículum para lograr que los conocimientos sean accesibles. Los profesores a veces no cuentan con los recursos necesarios para tratar con la diversidad y no se les garantiza una ratio alumno-tutor que les permita garantizar la calidad educativa. Pero la falta de recursos no deja de ser una excusa a medias, los niños con NEE tienen tanto derecho como los otros a asistir a las escuelas ordinarias, incluso si estas son privadas. Es por ello que se requieren políticas que favorezcan la inclusión de los alumnos con NEE y políticos que recompensen las labores que la escuela hace en pro de la inclusión y de la atención a la diversidad.
Algunas de las adaptaciones más comunes para cubrir NEE se han estado aplicando durante mucho tiempo y pasan desapercibidas por los padres y representantes, otras, y estas son las conflictivas, ocasionan incomodidades a quienes no se están beneficiando de ellas, por lo que su implantación puede encontrar oposición. Cuestiones menores, como la proposición de mover a un grupo de alumnos un piso superior para que otro grupo, en el que se encuentra un alumno con trastorno del desarrollo psicomotor, utilice un aula de planta baja, puede ocasionar una revuelta entre quienes no desean que sus hijos carguen pesados bolsos tooooodo el camino hasta el primer piso.
En ocasiones, los padres y representantes se oponen adaptaciones curriculares que “faciliten” el trabajo escolar a los niños con dificultades de aprendizaje, no comprendiendo que la adaptación funciona como una muleta que permitirá que estos niños cumplan con el currículum y gocen de los beneficios de una buena educación, en la medida en que su esfuerzo y su ritmo de aprendizaje se lo permitan, lo mismo que con los alumnos sin NEE.
Una persona que en el debate defiende que “si se realiza la adaptación porque un niño no “rinde” igual, ¿Por qué no aplicarla de forma general para que todos los niños “rindan” mejor?” ignora que una de las funciones de la educación es permitir que los educandos alcancen su máximo potencial. Aplicar la adaptación a nivel general puede permitir que más niños alcancen mejores notas, pero al precio de colocarles un techo demasiado bajo a los que no necesitan aquella adaptación, esto interferirá con el desarrollo de estrategias para enfrentarse a la vida (tolerancia a la frustración, resolución de problemas, etc.).
Al principio ya se mencionaba la preocupación, que no sin razón, expresan muchos miembros de la comunidad educativa cuando se intenta incorporar a las aulas a un alumno con NEE, el problema de la calidad de la educación. Sin embargo, esta priorización de la “calidad” frente a lo que es socialmente justo es un sin sentido, puesto que ningún sistema educativo injusto puede ser uno de calidad. Más allá de enseñar a los alumnos a ser los mejores sumadores, restadores y lectores del mundo, la sociedad debe preocuparse por enseñarlos a ser los mejores ciudadanos. Aquellos que estén preparados para reconocer los beneficios de incluir no ya a un niño diferente, sino a cualquiera de nosotros o de nuestros (futuros) hijos o nietos si tuviésemos o tuviesen una dificultad agregada para acceder a cualquier servicio básico.
La comunidad educativa debe preocuparse por concienciar a todos sus miembros sobre la importancia de incorporar a niños con necesidades educativas especiales a las aulas regulares, no solo por las ventajas que estas iniciativas tendrán para quienes directamente se benefician de ellas (y esa persona podríamos ser, un día, nosotros mismos) sino por la oportunidad que para el desarrollo de la calidad humana y del sentido de comunidad y responsabilidad cívica representan la incorporación de estos niños a las aulas ordinarias. Las escuelas están llamadas a convertirse en instituciones inclusivas que den ejemplo a la comunidad y formen ciudadanos preparados para tratar con la diversidad en todas sus formas.
Saber manejar estas situaciones es un aprendizaje mucho más valioso que los contenidos escolares. La incorporación de la diversidad en la escuela da paso a escenarios que favorecen el aprendizaje de habilidades interpersonales y de formación en valores, que son mucho mejores predictores del éxito que los índices académicos. Por ello, las escuelas justas son las verdaderas escuelas de calidad.



1 comentario:

  1. Se me hizo muy interesante este articulo, ya que tiene lo esencial de las Necesidades Educativas Especiales y esto ayuda para saber manejar estas situaciones es un aprendizaje mucho más valioso que los contenidos escolares.

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